lunes, 25 de agosto de 2008

Viaje por Perú

En el año 2006 conseguí una pasantía en el hotel Las Dunas, de Ica, uno de los hoteles más grandes de la Costa Sur de Perú. Luego de 2 días y medio de viaje en micro, desde Santiago de Chile directamente a Ica, con escasas paradas entre medio, viajando por todo el Norte Chileno y atravesando el Sur de Perú, llegué al desierto Iqueño.

Mil formas de cactus bellos, árboles gigantes (Algarrobos hermosos!!!), arena, motitos pequeñas que andan como locas entre los autos, taxis que intentan convecerte todo el tiempo que quieres ir a algún lado, gente hermosa de piel morena y sangre viva, comida en cada esquina, que te invita a probar sabores nuevos, y música sonando en cada micro, taxi, negocio o casa que vieras por ahí... me recibieron para comenzar mi tránsito por esta Ciudad- Pueblo, que mucho tenía que ver con Mendoza (no precisamente por la música sonando en todos lados o las comidas exquisitas en cada esquina, pero si por su clima desértico, entre algunos que otros detalles sociales...)

Luego de una semana de ambientación y descanso , comencé a trabajar en el Hotel Las Dunas, donde compartía la cocina junto a 20 cocineros de la selva, la sierra y la costa peruana. Estuve 4 meses aprendiendo sabores de todo el Perú, aprendiendo de todos algún secreto, algún sabor especial, alguna receta privada...


A los dos meses de vivir allí, comencé a guiar eventos en el Hotel El Huarango, donde compartía la cocina con dos cocineros, a quienes les daba dos clases semanales de técnicas europeas y de quienes aprendía sus técnicas peruanas.

Habiendo conocido bastante el mundo de los hombres cocineros peruanos, me ofrecen la posibilidad de dictar un curso intensivo en el Hotel El Cantayo de Nazca, a 5 mujeres cocineras que trabajaban en el hotel.
Con ellas compartí la cocina, y trabajamos concentradamente durante 20 días, en clases diarias, de técnicas de cocción básicas europeas, técnicas reposteras y postres.

Este Hotel es increíble, lo dirige Enzo de Luca, un Italiano, que hace ya más de 20 años vive en Perú y plasma en su lugar las comodidades europeas y los dones de la tierra de los Andes.
El Hotel tiene huerta orgánica, animales viviendo libres por el predio, y todo tipo de terapias alternativas para el cuidado y disfrute del cuerpo y el alma.
Mi función allí, fue ofrecer a las cocineras diferentes posibilidades de combinación de alimentos, diferentes recetas y formas de realizar y organizar las comidas. Pues su sazón y conocimiento de la cocina, eran increíbles, realmente exquisitos, y muy representativos de su zona. Yo sólo podía ofrecerles una forma diferente de encontrarse con los alimentos.


Entre todo este mundo, me invita un cocinero del Hotel Las Dunas, Ignacio, que daba clases en el Instituto de Gastronomía de Ica, a dictar un curso de comida Argentina en una Jornada Especial. Así nace mi primer curso abierto al público, con un público muy variado, desde alumnos de Gastronomía de 20 años, hasta amas de casa de 50, un desafío interesante...


Ya terminando mi estadía en Perú, y averiguando posibilidades en Lima, asistí a un Curso de cocina Peruana que se dictaba en el Cordon Bleu de Lima, donde pude compartir clases con cocineros profesionales de Perú, encargadas de cocinas familiares y Alex, un colombiano árabe, hermoso, de quien aprendí mucho.
La Maestra del Curso era Gloria Hinostroza C. de Molina, Peruana, dedicada a la Investigación de técnicas, insumos e historia de la gastronomía peruana. Una mujer anciana increíble y excelente cocinera.

Entre viajes y encuentros fui volviendo a Mendoza, de a poco, llegando, vovliendo a salir, y volviendo a llegar... Y luego de más de un año de establecerme, decido comenzar a compartir lo aprendido en encuentros gastronómicos independientes, abierto a todo tipo de personas, profesionales de cualquier rubro, estudiantes, amantes de la cocina experimentados o no, con la intención de abrirnos a nuevos sabores y formas de tratar los alimentos, sumándole a las técnicas peruanas, mis conocimientos de cocina natural, aprovechando de la mejor manera posible los sabores, colores y nutrientes de cada alimento.
Serán bienvenidos cuando así lo deseen!!!

Gracias a Abel Furlán, que me abrió la primer puerta para llegar a Perú.
Gracias a Chuli y Lucía que me abrieron las puertas de su casa y de su corazón. Gracias a Edith, que también hizo lo suyo.
Gracias a Magda, Tomás, Meme, Tavo, Isma, Celeste y Laura que me recordaron cual era mi camino.